Hoy te quiero dejar con una reflexión para tu fin de semana…
El ambiente, las personas, la familia, la escuela, las experiencias que vivimos pueden influir y condicionar nuestra manera de pensar y de hacer las cosas, pero no nos determina como personas, ni nos controla, ni marca nuestro destino.
Son nuestras propias conclusiones e interpretaciones de lo que percibimos como “realidad” las que realmente nos determinan, a nosotros y a nuestra «realidad».
En esta cuestión de, interpretar, concluir, atribuir el significado de alguna experiencia, tenemos toda la libertad y posibilidad de hacernos cargo de nuestras vidas, esto es vital para lograr lo que nos proponemos y para elevar la calidad de nuestra vida.
Para ello necesitamos de 3 pasos:
- Darme cuenta, de que todo a lo que llamo “realidad” no es más que una interpretación personal y subjetiva de lo que percibo a través de mis sentidos.
- Si esto es una interpretación, la puedo cambiar.
- Si la puedo cambiar, ¿cómo podría interpretar los eventos que ocurren en mi vida, de manera positiva que me enriquezca y me haga tener una mejor experiencia de vida? Si eres el editor de tu propia película, ¿por qué no mejorarla?
Si tiendes a ver el vaso medio vacío, te invito a ponerlo a prueba durante una semana, trata de enfocarte en los aspectos positivos de tus experiencias y observa si hay algún cambio en ti, lo único que tienes que hacer es estar atento a tus pensamientos y emociones, y darte cuenta de que todo el tiempo estas percibiendo y editando a la vez las experiencias que vives, eres tú quien tiene el control de este juego llamado vida.
Sigamos creciendo juntos.